jueves, 31 de julio de 2008

FUNDAMENTALISMO HINDU

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FUERA DE LA IGLESIA NO HAY SALVACION

EXTRA ECCLESIAM NULLA SALUS... Es una verdad contundente que la Iglesia siempre ha creido, defendido y valorado a lo largo de toda su experiencia de Madre y Maestra. Reconocer esto es reconocer la acción salvífica de Cristo que a través de su Cuerpo Místico ha cumplido su promesa de estar con nosotros hasta el fin del mundo (Mt 28, 19-20).

El hecho de que la Iglesia haya guardado con recelo la unicidad universal salvífica y que haya custodiado la pureza en la fe y en las costumbres, según lo estipulado en el contrado divino celebrado entre el Redentor (Mt 16, 18) y "el pequeño rebaño" (Lc 12,32) hace que este dogma sea un pilar de la doctrina eclesiológica católica.

Atañe mas que todo a tres aspectos fundamentales:

Ontológico. La Iglesia queda configurada como Cuerpo Místico de Cristo, que junto con su Cabeza conforman el Christus totus (CIC. 795; San Agustín, ev. Jo. 21, 8), de tal manera que hace indispensable la pertenencia al Pueblo elegido para ser partícipe de la promesa de rendención obrada en Cristo. Es condicio sine qua non es posible salvarse. Mas abajo subrayo la definición dogmática elaborada por Bonifacio VIII en la bula Unam Sanctam.
Así, de esta manera, quien tuviese la osadía de ir libre y voluntariamente y con previo conocimiento en contra de las directrices de la Iglesia en lo referente a la fe y a las costumbres queda automáticamente condenado a las penas reservadas al Demonio. Pero esto lo debemos de comprender en su correcto nivel ontológico. La Iglesia es un "instrumento de salvación" (LG 1) que, al estar en íntima relación con Cristo hasta el extremo de formar un único Cristo Total, entonces hace que sea revestida con un privilegio especial de poder ofrecer por adelantado muchos de los manjares que deleitaremos en el pairaiso, tal como la Eucaristía, Cuerpo de Cristo; la santidad, que será eterna en el cielo; y por ahora de un modo imperfecto el conocimiento mediato de Dios Uno y Trino mediante la fe, que en el cielo se convertirá en visión beatífica. De tal manera existe la Iglesia en sus tres grados: militante, purgante y triunfante (CIC 954), pero es una única Iglesia. Y quien por obstinación y siguiendo su propia conciencia obedeciendo a los hombres antes que a Dios dirige su inteligencia y voluntad contra la Iglesia Católica, que es el estado militante de la única Iglesia de Jesucristo, pues entonces no quiere salvarse, y quien no quiere salvarse pues sólo le queda la opción de la condenación eterna. Porque lo que llamamos popularmente como "cielo" no será otra que la pertenencia al estado de la Iglesia que se denomina triunfante, es decir, que ha vencido a la muerte y al pecado y ahora reina con su Dios y Redentor Jesucristo. En Ap. 7, 9 el evangelista nos hace una figura de esta Iglesia, la cual describe como "una multitud vestida de blanco". Aunque la Iglesia tenga infalibilidad para declarar que una persona humana está ya en el paraíso, ciertamente no tiene infalibilidad para declarar que alguien esté en el infierno, es más, nunca ha declarado en absoluto que alguna persona humana en concreto esté sufriendo las penas eternas, porque eso solo lo define el juicio particular de Dios Nuestro Señor. Pero la advertencia es clara:
“Así pues, declaramos, afirmamos, determinamos y proclamamos que es necesario a toda creatura para su salvación sujetarse a la autoridad del pontífice romano.” La libertad para escoger esta puesta frente a nosotros. Hagamos caso a Dios Nuestro Señor que nos habla por boca del Papa Bonifacio VIII, sucesor de Simón Pedro a quién Nuestro Señor le dijo: "Apacienta mis ovejas" (Jn 21, 17). Así, de esta manera, a nivel ontológico la Iglesia es necesaria para la salvación y fuera de ella nadie se salva, salvo por el juicio de Cristo.




Bulla "Unam Sanctam", 18. Nov. 1302.
Bonifatius Pp. VIII

De unicitate Ecclesiae
Unam sanctam Ecclesiam catholicam et ipsam apostolicam urgente fide credere cogimur et tenere, nosque hanc firmiter credimus et simpliciter confitemur, extra quam nec salus est nec remissio peccatorum ...; quae unum corpus mysticum repraesentat, cuius corporis caput Christus, Christi vero Deus. In qua "unus Dominus, una fides et unum baptisma" [Eph 4, 5]. Una nempe fuit diluvii tempore arca Noe, unam Ecclesiam praefigurans, quae in uno cubito consummata unum, Noe videlicet, gubernatorem habuit et rectorem, extra quam omnia subsistentia super terram legimus fuisse deleta. Hanc autem veneramur et u n i c a m , dicente Domino in Propheta: "Erue a framea, Deus, animam meam, et de manu canis unicam meam" [Ps 21, 21]. Pro anima enim, id est pro se ipso, capite simul oravit et corpore, quod corpus unicam scl. Ecclesiam nominavit, propter Sponsi, Fidei, Sacramentorum et caritatis Ecclesiae unitatem. Haec est "tunica" illa Domini "inconsutilis" [lo 19, 23], quae scissa non fuit, sed sorte provenit. Igitur Ecclesiae unius et unicae unum corpus, unum caput, non duo capita quasi monstrum, Christus videlicet et Christi vicarius Petrus Petrique successor, dicente Domino ipsi Petro: "Pasce oves meas" [lo 21, 17]. "Meas", inquit, et generaliter, non singulariter has vel illas: per quod commisisse sibi intelligitur universas. Sive ergo Graeci sive alii se dicant Petro eiusque successoribus non esse commissos: fateantur necesse est se de ovibus Christi non esse, dicente Domino in loanne, "unum ovile, unum et unicum esse pastorem" [lo 10, 16].

De potestate spirituali Ecclesiae
In hac eiusque potestate d u o s esse gladios, spiritualem videlicet et temporalem, evangelicis dictis instruimur [Provocatur ad Lc 22, 38 et Mt 26, 52]... Uterque ergo est in potestate Ecclesiae, spiritualis scilicet gladiuset materialis. Sed is quidem pro Ecclesia, ille vero ab Ecclesia exercendus. Ille sacerdotis, is manu regum et militum, sed ad nutum et patientiam sacerdotis. Oportet autem gladium esse sub gladio, et temporalem auctoritatem spirituali subiici potestati... Spiritualem et dignitate et nobilitate terrenam quamlibet praecellere potestatem, oportet tanto clarius nos fateri, quanto spiritualia temporalia antecellunt... Nam Veritate testante, spiritualis potestas terrenam potestatem instituere habet, et iudicare, si bona non fuerit... Ergo si deviat terrena potestas, iudicabitur a potestate spirituali; sed, si deviat spiritualis minor, a suo superiore; si vero Suprema, a solo Deo, non ab homine poterit iudicari, testante Apostolo: "Spiritualis homo iudicat otnnia, ipse autem a nemine iudicatur" [1 Cor 2, 15]. Est autem haec auctoritas, etsi data sit homini et exerceatur per hominem, non humana, sed potius divina potestas, ore divino Petro data, sibique suisque successoribus in ipso Christo, quem confessus fuit petra firmata, dicente Domino ipsi Petro: "Quodcumque ligaveris" etc. [Mt 16, 19]. Quicumque igitur huic potestati a Deo sic ordinatae "resistit, Dei ordinationi resistit" [Rom13, 2], nisi duo, sicut Manichaeus, fingat esse principia, quod falsum et haereticum iudicamus, quia, testante Moyse, non in principiis, sed "in principio caelum Deus creavit et terram" [cf. Gn 1, 1]. Porro subesse Romano Pontifici omni humanae creaturae declaramus, dicimus, diffinimus omnino esse de necessitate salutis.

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miércoles, 30 de julio de 2008

LOS FUNDAMENTOS DE LA LEY MORAL NATURAL

El presente trabajo es una recensión sobre el artículo “Cuestión Moral y Cuestión Antropológica: La Perspectiva Teológica de Veritatis Splendor”, diez años después, elaborado por el Emmo. y Rvdmo. Dr. D. Angelo Cardenal Scola. Este artículo se encuentra en la siguiente página electrónica: www.humanitas.cl/biblioteca/articulos/d0407/index.htm, la cual es una página de una revista electrónica titulada “Humanitas”. Es un artículo muy breve, pues consta de 4 puntos con un total de 5276 palabras. El primer número hace las veces de introducción y el cuarto las veces de conclusión. He decidido presentar el trabajo con esta breve introducción, seguida de un resumen de la obra elaborado en 8 párrafos, considerando sólo las ideas principales; a continuación hago un comentario a lo largo de 8 párrafos y después la conclusión.
La afirmación fundamental de Veritatis Splendor
“Jesús mismo es el «cumplimiento» vivo de la Ley, ya que Él realiza su auténtico significado con el don total de sí mismo; él mismo se hace Ley viviente y personal” (VS 15). Esta afirmación, decisiva para captar la lógica de Veritatis Splendor, introduce un elemento de indiscutible relevancia para la teología moral. El Magisterio no se ocupa directamente de alguna de las múltiples cuestiones candentes, sino apunta a reflexionar “sobre el conjunto de la enseñanza moral de la Iglesia” (VS 4). La afirmación Jesucristo es la ley viva y personal constituye, en el marco de la Encíclica, una especie de eje de apoyo, en referencia al cual es posible elaborar una teología moral fundamental. Las corrientes que se enfrentan en ese debate parecen dar por sentado que no puede existir homogeneidad alguna entre el advenimiento de Jesucristo y la ley (norma) moral.
Caen en esta trampa quienes sostienen que la referencia a Jesucristo sólo está en la elaboración teológica una instancia general de amor a Dios y al prójimo, pero no permite alcanzar un nivel de categorías de normas morales precisas. Es preciso en todo caso reconocer que si el evento de Jesucristo no puede ser fundamento adecuado de la norma, resulta imposible la elaboración de una adecuada figura de teología moral. Esto es posible a partir de la afirmación central de Veritatis Splendor –Jesucristo, ley viviente y personal-, que ofrece el contexto dentro del cual categorías decisivas para la comprensión del acto moral pueden estructurarse en una visión de conjunto armónica y resolutiva. La conciencia tiene derechos porque tiene obligaciones. Es un deber, una obligación moral grave, de cada uno buscar la verdad y adoptarla una vez reconocida.
Libertad y ley “Cristo nos liberó para ser libres” (Gál 5, 1)
La insuperable paradoja que vincula “la búsqueda dramática del bien” al mismo tiempo con la libertad y la obediencia se concentra de manera eficaz en el comienzo del diálogo entre el joven rico, que pregunta “¿Qué es lo bueno que debo hacer...?”, y Jesús, que responde “¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno?” (Cf Mt 19, 16-17). La libertad no es una posesión mecánica del sujeto, ni es concebible separada de su acontecer. Se habla de libertad únicamente desde el interior de su acontecer, como un dinamismo estructuralmente imposible de captar fuera del acto inasible en el cual aquélla se documenta.
La ley como ídolo
El desafío consiste por tanto en verificar cómo la libertad, para ser realmente libre, debe encaminarse por el camino de la obediencia, encontrando así también el auténtico significado de la ley. La idolatría nace de la pretensión del hombre de poseer, con su mirada limitada, la fisonomía total de Dios. Precisamente por este motivo la ley se convierte en ídolo. Con todo, la libertad bloqueada de este modo no da satisfacción.
El evento Jesucristo, verdad en persona
Para iluminar la necesidad intrínseca del nexo entre la ley (norma) y el evento de verdad de Jesucristo, es conveniente aludir al dinamismo propio de todo acto de libertad. El hombre es en sí mismo capax de concretar un acto de libertad, que al mismo tiempo es necesario, pero irreducible puramente al acto mismo: para realizarse, la libertad debe salir de sí misma, debe confiarse a lo Absoluto trascendente. Jesucristo realiza la experiencia de la liberación. Y como consecuencia, en la sumisión radical a la voluntad del Padre, Él transfigura “la experiencia legal” en una “experiencia filial”. El reconocimiento de la necesaria referencia a la libertad absoluta y diferente del Padre, lejos de bloquear su libertad, la exalta hasta el fondo. En este marco se comprende el carácter decisivo de Jesucristo, Ley viviente y personal.
El deber moral: advenimiento, ley, libertad
Un aspecto constitutivo de la experiencia humana elemental, es el amor indisoluble del hombre y la mujer en el matrimonio, puede tal vez iluminar de mejor manera este singular dinamismo de la relación libertad/ley al interior del acto moral referido estructuralmente a la verdad como evento. La fidelidad-indisolubilidad que el hombre y la mujer se prometen en el matrimonio replantea agudamente la paradoja de libertad-obediencia vinculada con la insuperable estructura polar de la ética. Mi libertad, por tanto, debe aceptar que esta fidelidad de la cual soy “capaz”, pero que no está en mi poder, me sea propuesta por el fundamento absoluto y trascendente que se me da en el acto mismo de mi libertad, participándome su diseño, en el cual se articula el sistema de las leyes-normas- por mi propio bien.
Conciencia y libertad
La relación libertad-norma se inserta, mediante la referencia a la afirmación central de Veritatis splendor, en el marco del lenguaje simbólico del saber. En éste, se dan simultáneamente la evidencia del juicio y del querer. Semejante evidencia simbólica está implícita en todo acto, al mismo tiempo teórico y práctico, mediante el cual la conciencia apunta hacia lo real. Ante todo, la conciencia moral, enfocada al interior del acto más general con el cual la conciencia apunta hacia la realidad, hace referencia a la decisión intrínseca del acto mismo de la libertad del yo, a la cual la verdad trascendente que lo interpela impide no determinarse concretamente. Sobre esta base, que verifica la doctrina tradicional sobre la conciencia, resultan bastantes claras las observaciones que Veritatis splendor dirige hacia cierta concepción de la opción fundamental. Ésta vuelve vana la dimensión corporal de la persona junto con disolver la inevitable determinación de todo acto (moral) de libertad.
Libertad y verdad
Para concluir este itinerario sintético -con el mismo ritmo de proposición de la Encíclica, que habla precisamente de esto en el tercer capítulo-, conviene volver brevemente a la relación verdad-libertad. Se ha aludido inevitablemente otras veces a la misma en las secciones anteriores. Será suficiente aquí hacer referencia a la necesidad de que los teólogos de la moral recurran a consideraciones de teología sistemática y ontología para profundizar de manera orgánica la experiencia elemental del hombre. Por algo la Encíclica elabora reflexiones bastante elevadas hablando del martirio, y aclara el sentido de verdadero testimonio, rechazando el aberrante kamikaze. Solamente el martirio es capaz de hacerse cargo del mal, sobre todo cuando éste parece atravesar los umbrales de lo injustificable, “revelando un fondo de iniquidad que ya no tiene como medidas las normas”.
ANALISIS
En el primer punto, a modo de introducción, Mons. Scola no hace ver, según su punto de vista, cuál es la afirmación central de la Encíclica. La sitúa en que Jesucristo es la plenitud de la Ley, la Ley viviente y personal. Resalta que la Veritatis Splendor se ha meditado desde algunos puntos de vista que de alguna manera vendrían siendo secundarios, por lo que no se ha llegado a la afirmación central, y por lo tanto, a la clave de todo el escrito. Su intento de mostrar a Jesucristo como ley viviente y personal, visto a la luz de la Carta Encíclica le llevado a publicar este artículo. Debido a la delicadeza del tema, a la complejidad de términos y a la divergencia de opiniones respecto a la temática tratada en el Documento Pontificio, el autor nos da unos lineamientos seguros para entenderla debidamente.
Estoy de acuerdo en el punto que hace referencia a que en nuestro tiempo se intenta realizar una teoría moral general, totalmente intelectualista, sin ninguna aplicación, o mejor dicho, sin concretización alguna. Incluso se intenta negar a Jesucristo como fuente y eje de moralidad, afirmándolo, por el contrario como un simple modelo del actuar humano. El autor utiliza en este primer número bastantes conceptos filosóficos, los cuales, bien entendidos nos llevan a asimilar profundamente su insistente connotación de la afirmación central. Debido a todos los comentarios surgidos a raíz de esta Carta, favorables o adversos, es necesario que la Iglesia siga reivindicando su labor de Madre y Educadora, de portadora de la Verdad Revelada, de cuyo Cuerpo Místico es Cristo su cabeza. No en vano su cabeza visible, el Papa, posee la garantía de la infalibilidad cuando se pronuncia en materia de fe y de costumbres. Se fortalecen las palabras del autor respecto a que la orientación moral de la Iglesia debe ser el eje central, donde confluyan las diversas “teologías morales”.
La vivencia de nuestra fe, la práctica de la caridad y las celebraciones sacramentales nos hacen vivir en una plena libertad. Muchas personas no entienden esta paradoja, pero en cuanto mejor se cumpla la Ley divina, la voluntad de Dios, los Mandamientos de lo alto tendremos una mayor libertad plenificadora. Si Cristo es esa Ley viviente y personal, entonces descartamos un legalismo farisaico en el cumplimiento de lar normas eclesiales. El espíritu de la ley cristiana es vivir según su divino fundador. La voluntad de Cristo es que seamos libres amando. Debo reconocer que son palabras quizá sin valor para quien no quiera reconocer la sana doctrina liberadora: a mayor asentimiento a su ley divina, mayor libertad. El Sr. Cardenal pone el ejemplo analógico del matrimonio, donde se muestra el binomio libertad-ley en estricta sintonía y armonía con el binomio fidelidad-indisolubilidad. Considero que este ejemplo es una perfecta concretización de la doctrina moral ofrecida por la Veritatis Splendor. El contenido general se matiza en un ejemplo de la vida diaria.
El número tercero del artículo contiene una explicación muy elevada en términos filosóficos y epistemológicos. Lo cierto es que la relación fundamental de la conciencia y de la libertad se resalta su interrelación y su importancia para la plenitud del hombre. Es cierto que la conciencia apunta hacia la realidad, hacia la íntima constitución del ser. No puede optar por el no-ser, ya que quedaría desvirtuada la obra de Dios, el cual ha hecho perfecta la creación, la cual ama intensamente. Nos dice el libro del Génesis que “vio Dios que todo era bueno.” Con toda su especulación y con su sentido práctico, la conciencia nos orienta hacia un recto sentido del deber. La conciencia mueve las facultades humanas hacia el cumplimiento de un deber superio a cualquier quehacer humano. Y ese deber, no es otro que la realización de la voluntad de Dios con todo nuestro ser en todos los momentos de nuestra vida.
En el número cuarto el Prelado escritor va aterrizando su exposición. Ha resaltado la importancia de Cristo viviente, la relación que existe entre libertad y ley y entre ésta y la conciencia. Ahora comenta la existente entre libertad y verdad. Hoy día es necesario volver a explicar el acontecer diario, la experiencia humana cotidiana con consideraciones ontológicas. Lo justifica Mons. Scola diciendo que la Moral es una ciencia, por lo que debe usar el método científico para poder fundamentar sus afirmaciones. El método científico es un camino para llegar a la verdad parcial. La Ciencia Moral no se queda en el plano racional sino que trasciende apoyándose en la divina Revelación. Tiende hacia la Verdad plena, alcanzable para quien le busca. Éste es el misterio de la libertad-verdad.
Concluye el autor su artículo con un fuerte llamado a nunca separar la íntima unidad existente entre libertad y bien. Aquélla siempre va en orden al bien, porque antológicamente todo ser tiende al Bien. Así que nuestra libertad no debe ser usada para realizar actos que queden fuera del ámbito de la bondad moral, sino debe ser enfocada a la realización de buenas obras, de obras que nos lleven a la vida eterna. Pone énfasis en que lo aquí dicho se entiende cómo un llamado a todos los hombres sin importar sexo, raza, religión, idioma. La experiencia moral es universal, quedando inscrita en el corazón del hombre. Es un mandamiento liberador: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.
Considero que es un artículo muy bonito, esclarecedor. Puede ser considerado como un instrumento interpretativo de la Veritatis Splendor, porque Mons. Scola escribe con un acierto tan firme, con una tenacidad genial, que hace que nos quede más clara la visión de la Encíclica. Quizá en algunos párrafos hace mucha referencia a términos técnicos filosóficos, siendo algunas partes del escrito muy poco entendible. Pero esta aridez es apenas nada con el estilo dulce y sencillo de toda la lectura, la cual nos permite leerla con mucha fluidez. Es un acierto que recuerde después de 10 años, ahora casi 14, la importancia del cumplimiento de las normativa moral. Esta tendencia concupiscente nos aleja del recto vivir, algunas modas perniciosas actuales nos arrastran a un libertinaje inescrupuloso. De ahí la preocupación de la Iglesia de marcar la orientación correcta hacia Cristo. Al seguir la normativa moral llegaremos a nuestro Dios y Señor Jesucristo, el cual es la Ley Viviente y Personal.

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LA MASONERIA ESTA CONDENADA POR LA IGLESIA

INTRODUCCION
El presente trabajo es una exposición sobre el tema “La Masonería”. Este trabajo consta de 5 partes: la historia de la Masonería, el concepto de Masonería, los elementos constitutivos que le dan su entidad, su relación con el mundo y los diversos juicios negativos y condenas del mundo civil, islámico y sobre todo de la Iglesia respecto a esta asociación.

HISTORIA
Al tratar sobre la historia de la masonería nos encontramos con una gran cantidad de posibles orígenes. Al considerar uno por uno de las que están a nuestro alcance nos topamos con la franca realidad de que no todos coinciden ni podemos considerar un inicio como verdadero u oficial. Es verdad que podemos ver hacer notar algunas causas que originaron su aparición:

Antropocentrismo. La realidad existente, que fue plasmada por San Agustín en su obra “La ciudad de Dios” del bien y del mal que se encarnan en sociedades contrapuestas: La Iglesia y los hijos de las tinieblas. Siempre han existido grupos con orientaciones contrarias a la doctrina católica. Escisiones incluso dentro de la Iglesia lo atestiguan. Todas las épocas lo confirman. Se alza sobremanera la modernidad, considerada como antítesis de la cultura cristiano-medieval imperante. Si no fue reacción en su totalidad contra la Iglesia, si lo fue contra la naturaleza creyente del ser humano, contra la concepción innata de un ser supremo a quien debe sumisión y entrega libre y consciente. Ese revelarse a reconocer a un ser infinitamente superior al hombre lo hace a costa de divinizar al hombre, esto es, caer en un antropocentrismo.

Reforma luterana. En el plano religioso y teológico, nos encontramos con el monopolio del individualismo frente al orden jerárquico dominante. Tenemos el ofrecimiento para que se acepte la primacía de la interpretación del libre examen de las Sagradas Escrituras y la preferencia del “Dios-para-mí”. Con esto eliminamos la necesidad de mediadores entre Dios y la naturaleza humana. Eliminamos la función intercesora de la Iglesia y de su constitución íntima como custodia de la “Regla de la fe”. Cada uno es capaz de llegar a la divinidad por sí mismo, cada hombre es capaz de recibir la respuesta de Dios de manera personal.

La anterior concepción tardó muy poco tiempo en pasar al campo filosófico, siendo obra de René Descartes. Para él, el criterio de verdad y del conocimiento no se encuentra en la realidad en sí, sino en la conciencia individual. Inicia el movimiento dualista, el cual no niega las realidades que no sean abarcables a la razón humana, pero las deja carecen de objetividad, pues sólo lo que mi razón individual es capaz de analizar y objetivar es lo que tiene consistencia indubitabilidad y certeza.

Renacimiento. La tendencia a secularizar la sociedad religiosa. Al regresar sobre a la visión clasicista y al esforzarse por rescatar parte del tesoro literario, artístico y cultural de las antiguas fuentes romana y griega, el Renacimiento humaniza a las personas divina. Está latente su ontologicidad divina, pero se centra sólo en las notas humanas de Dios. El Logos Omnipotente e Impasible se tiende a plasmar sólo como el crucificado doliente. La Virgen María no es ya el prototipo de creyente, la más perfecta criatura de Dios, sino una muchacha que se le representa como encarnación del ideal de belleza femenina. La Iglesia, Cuerpo Místico de Dios, no es ya el sacramento de salvación ni la Madre Intercesora, la guía segura para la salvación, sino que pasa a ser sólo una sociedad más, en la cual unos hombres con creencias comunes se reúnen para platicar acerca de sus opiniones y celebrar ritos muy particulares.

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo y dónde se inició la masonería. Sin embargo, considerando estos antecedentes la mayoría de los historiadores citan los comienzos de la Masonería en Inglaterra el 24 de junio de 1717, cuando cuatro tabernas londinenses que llevaban el nombre en que realizaban sus encuentros de carácter privado (La Corona, El Ganso y la Parrilla, El Manzano, y El Racimo y la Jarra), se reunieron para formar una agrupación común y fusionarse con el grupo esotérico denominado “Sociedad de Alquimistas Rosacrucianos.” Denominaron a la nueva organización Gran Logia de Londres y de Westminster y su primer Gran Maestro fue Anthony Sayer. La creación de esta nueva institución supuso un salto significativo en la organización de la Masonería, que trascendió así del ámbito logial. A partir de ese momento las logias masónicas de propagaron rápidamente, pues su método social era sumamente práctico. En 1721 se constituyó la primera logia en Francia; en 1717 en Rusia, establecida por Pedro I; en 1723 en España; en 1734 en La Haya; en 1738 en Boston.

Sin embargo, la Gran Logia de Londres no tenía la dimensión masónica actual. Simplemente eran grupos de ciudadanos que se interesaban por los acontecimientos que sucedían a su alrededor y reflexionaban sobre ellos. El Gran Maestro no pasaba de ser el cabecilla de la pandilla, del grupúsculo. Sin embrago, dichos grupos de discusión filosófica trascendieron su importancia insignificante hasta convertirse verdaderas asociaciones con estructura propia. Es cuando la Gran Logia se reestructura dando origen a una nueva Gran Logia.

Formada en parte por miembros de la Royal Society próximos a Isaac Newton, la nueva Gran Logia se dotó en 1723 de una Constitución redactada por dos pastores protestantes: Jean Theóphile Désagulliers y James Anderson, éste que como compilador, dio nombre a las que se conocen como Constituciones de AndersonEn 1786 Federico de Prusia reorganizó las órdenes masónicas, las reunificó, reglamentó su funcionamiento, su liturgia y estructuró sus grados.

Hasta aquí es lo que podemos decir se sus inicios según los investigadores serios. Muchos investigadores masones han querido remontar sus inicios a los obreros medievales constructores de las catedrales; otros a las Collegia Fabrorum, que eran asociaciones grecorromanas, donde se reunían para rendir culto a la divinidad y ofrecerle sacrificios por medio del maestro-sacerdote, y que estaban obligados a guardar el secreto de todo lo que hiciesen en sus reuniones, a aprender contraseñas y señales para distinguirse entre ellos y que conforme iban progresando en sus conocimientos y habilidades profesionales y deportivas iban subiendo grados simbólicos. Otros ubican sus orígenes en Israel, en la época en que los judíos construían el Templo de Salomón. Se le atribuye su fundación Hiram Abif, mítico arquitecto del Primer Gran Templo judío en Jerusalén. Incluso se ha considerado un inicio anterior en Egipto, entre los maestros y arquitectos que dirigían la construcción de las grandes Pirámides. Y los más obstinados opinan que la Masonería debe de remontarse hasta Adán, creado a imagen y semejanza del Gran Arquitecto del Universo, que enseñó la albañilería a sus hijos.

¿QUE ES LA MASONERIA?
Al ver un poco los orígenes supuestos y reales de esta asociación podemos adentrarnos en lo que realmente es la Masonería. Es muy difícil elaborar un concepto inequívoco de ella. Su amplitud e influencia en muchos campos de la vida así como el estricto silencio impuesto a sus integrantes hace que nos forjemos una aproximación del todo corregible. En palabras del masón Krause “La Masonería no es en todo caso una religión, por cuanto no se presenta como un camino de salvación, sino como un método de crecimiento personal y de aumento de la consciencia, en la búsqueda de la plenitud (el hombre en cuanto hombre).” A juicio de otros podemos definirla como Una sociedad secreta, elitista y esotérica custodia de secretos ocultos que busca instaurar la gran catedral del mundo, esto es, la sociedad de hombres libres y perfectos que den gloria al Gran Arquitecto del Universo. Otro significado próximo es la masonería moderna o “especulativa” ha sido a menudo descrita como un sistema particular de moral ilustrada por símbolos. Se presenta a sí misma como una herramienta de formación, con un método particular que, basado en el simbolismo de la construcción, permite a sus miembros desarrollar su capacidad de escucha, de reflexión y de diálogo, para transmitir estos valores a su entorno.

Una cuarta posible acepción que es con la que no hemos quedar por sintetizar mejor su contenido es esta: La Francmasonería o masonería es una institución de carácter iniciático, filantrópico y filosófico, fundada en el sentimiento de fraternidad. Tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y fomenta el desarrollo intelectual y moral del ser humano, además del progreso social.

Ellos mismos se autodefinen según los diversos ritos. Para el rito inglés y el escocés, la masonería es “un hermoso sistema de moral revestido de alegoría e ilustrado por símbolos”. El rito belga dice que es algo más concreto: “una institución cosmopolita y en proceso incesante, que tiene por objeto la investigación de la verdad y el perfeccionamiento de la humanidad. Se funda sobre la libertad y la tolerancia, no formula dogma alguno, ni descansa en él”. Otros dicen que: “La francmasonería es una asociación universal, filantrópica, filosófica y progresiva, que procura inculcar en sus adeptos el amor a la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes, los sentimientos de abnegación y filantropía y la tolerancia religiosa: que tiende a extinguir los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de opiniones, de creencias y de intereses, uniendo a todos los hombres por los lazos de la solidaridad y confundiéndolos en mutuo afecto de tierna correspondencia.”

La palabra masón proviene de mattjon que significaba cortador tallador de piedras, cantero en la lengua germánica de los francos ya antes de su romanización o latinización. Latomia, también lautomia, designaba la cantera de donde se sacaban la piedra. Por eso los masones usan a veces Latomia en vez de Masonería. Maçon, que en el francés actual y mason en el inglés introducido por los normandos, significa albañil, masón. El prefijo free-, franc- significa libre. Refleja la franquicia o libertad de los artesanos de la piedra para trasladarse de una localidad a otra sin necesidad de someterse a las disposiciones reales o municipales obligatorias para los restantes oficios o profesiones. Se usaba entonces free-stone-mason, la cual simplicó en freemason en Escocia a principios del siglo XVIII. Significaba al cantero con dotes de artista, que trabajaba la piedra libre o de adorno, la de mejor calidad, la empleada para la ornamentación de los capiteles, las estatuas. Se distinguía pues de rough-stone-mason.

Tenemos en español masón, ingles mason, frances maçon, aleman maurer que significa albañil. Es una terminología netamente arquitectónica, suministrada por los gremios de constructores. Actualmente queda simplemente en términos, porque su finalidad es diferente.

ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA MASONERIA
Logias. Los masones, tanto hombres como mujeres, se organizan en estructuras de base denominadas logias. Los constructores o albañiles medievales, denominados masones, disponían de lugares de reunión y cobijo, denominados logias, situados normalmente en las inmediaciones de las obras. Era común a los gremios profesionales de la época el dotarse de reglamentos y normas de conducta de régimen interior. Solían también seguir un modelo ritualizado para dar a sus miembros acceso a ciertos conocimientos o al ejercicio de determinadas funciones. El vocablo arquitectónico de “logia” proviene del griego “lagos” que es la galería exterior, techada y abierta por delante, formada por columnas que soportan arquitrabes o arcadas. Esta definición arquitectónica corresponde al edificio anexo al que se construía y que era donde se reunían los miembros de la guilda de canteros que trabajaban en la obra.

También logia se relaciona con “Logos” que significa verbo, palabra. De allí que se le denomine así al lugar de reunión donde se habla o se transmite enseñanza a través de la palabra. También proviene del sánscrito "loka" que significa mundo o lugar, haciendo alusión a que la Logia representa al mundo; así, los masones se reúnen formando una logia. El término logia se refiere tanto al grupo de personas que forman un cuerpo masónico independiente como al lugar de reunión, el cual recibe también los nombres de Taller y de Templo masónico. Se considera que existe realmente una sola logia y pertenece al universo que nos rodea y la logia masónica, no es más que una representación de esta logia mayor. En la actualidad, las distintas Logias Masónicas se distinguen por su nombre y por un número. La unión de varias logias, constituye una obediencia masónica o Gran Logia / Gran Oriente.
Ritos. Distinguen entre Rito y rito. Se designa Rito al sistema de textos y normas de acuerdo con los cuales se practican o realizan las ceremonias y se comunican las instrucciones de los grados de una rama particular de la Francmasonería, distinguiéndose de los otros Ritos por la forma. Entre los muchos Ritos que existen en Masonería se pueden señalar el Rito Escocés Rectificado, el Rito de Emulación, el Rito de Perfección, el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el Rito de Misraim, el Rito de York, el Rito Francés, el Rito Sueco. Tagón ha recopilado hasta 52 Ritos diferentes. Sin embargo, el número de Ritos es mucho mayor, ya que solamente en el Diccionario Universal de la Francmasonería, de Daniel Ligou, hay recogidos nada menos que 154 Ritos masónicos.

Se denomina rito (con minúscula) los diversos actos ceremoniales de iniciación (como el rito de despojar de metales al iniciado) o de desarrollo de los trabajos dentro de la Logia, cuyo formalismo está regulado según su finalidad iniciática. Así a cada grado corresponden bastantes ritos. Un ejemplo lo tenemos en el rito de la iniciación de un masón. Se le pone un pañuelo sobre los ojos, se le lleva a la entrada de la logia, el iniciado toca la puerta, el guardián responde: “¿Quién es?”. El iniciado responde que es una persona profana que busca la luz. Entonces el guardián se compromete a enseñarle la luz verdadera a cambio de que se despoje del hombre profano viejo y se revista del hombre nuevo. Se le deja pasar a la logia. Todavía con los ojos vendados se le introduce al Cuarto de la Meditación, que es un cuarto oscuro, en donde se le destapan los ojos. En dicho cuarto se alcanza a ver un esqueleto y la leyenda: ¿Quién soy? Se le deja por espacio de media hora. Después se le saca y de nuevo sus ojos son cubiertos. Entonces se le dice que guarde los secretos de la Masonería y se le pregunta si es capaz de hacer. Mientras tanto, una verdadera espada roza su garganta. El iniciado responde que será capaz de guardar para sí lo que vea y escuche. Entonces el Gran Maestro dice: “Que así sea. Que esta espada que tienes sobre tu garganta sea una espada de doble filo. Es la espada de la verdad. Si eres fiel a la Verdad esta espada te defenderá de tus adversarios. Si eres infiel y profanas el sagrado fin de la Verdad, entonces que esta espada te destroce tu garganta y tu cuerpo sea pasto de aves de rapiña.”

Otro rito concreto es la iniciación del grado 30, el del Caballero Kadosch. Consiste en que le entrega al iniciado un crucifijo. Se le pide que lo escupa y que lo tire al piso. Si el iniciado, que se supone es un auténtico masón con al menos 10 años en las logias, no lo hace, entonces todos le aplauden y lo felicitan. Le dicen que Cristo ha vencido y que su “luz” lo acompañará siempre. Al poco tiempo le expulsan totalmente de la logia y le imponen un sigilo de lo que ha visto y escuchado, porque si falla su reputación y actividades profesionales se verán afectadas. El expulsado no le queda más remedio que obedecer. Pero si no lo hace, todos lo insultan y maldicen. Pero su iniciación queda completada y le revelan nuevos secretos.

Grados. A su vez se llaman grados en Masonería la sucesión de iniciaciones que enseñan la doctrina y fines de la Orden. El número de grados varía según los Ritos. La masonería simbólica, llamada también Azul, está compuesta de tres grados; el Rito Escocés Rectificado tiene 7; el Rito de Memphis y Misraim llega hasta 99; el Rito Escocés Antiguo y Aceptado --uno de los más generalizados-- consta de 33 grados. En este Rito los tres primeros grados se llaman simbólicos, dogmáticos o fundamentales, y constituyen la masonería azul. Los grados “capitulares” abarcan del cuatro al diez y ocho, y constituyen la masonería roja. Los grados “filosóficos” comprenden del diez y nueve al treinta, y forman la masonería negra. Los tres últimos grados, llamados “sublimes, consistoriales o administrativos”, agrupan a los que integran la masonería blanca. Cada grado lleva consigo sus ritos de iniciación particulares, su catecismo, su juramento, sus símbolos y modos de reconocimiento especiales. Los grados tradicionales --que constituyen la base o esencia de la masonería-- los tienen todos los ritos. Estos son los tres primeros, llamados también simbólicos o fundamentales, a saber: el aprendiz, albañil u obrero; el compañero, oficial o constructor; y el maestro, patrón o arquitecto.

CORRIENTES
La historia institucional de la masonería presenta numerosas disidencias cuyas principales causas, con importantes matices y derivaciones, están relacionadas con la admisión de la mujer en la masonería, la cuestión de las creencias religiosas o metafísicas. La principal disidencia es la existente entre la Masonería Regular y la Irregular. Las características de las dos principales corrientes son, en resumen, las siguientes:

Masonería Regular. La corriente que se denomina Regular está encabezada por la Gran Logia Unida de Inglaterra y que incluye a Logias de las Islas Británicas, Estados Unidos, países de la Commonwealth, España, alguno de Iberoamérica y parte de Europa continental. Se basan en la interpretación tradicional de las Constituciones de Anderson, de lo que surgen los siguientes criterios de regularidad: la creencia en un Ser Supremo, que es un requisito imprescindible a sus miembros; los juramentos se realizan ante sobre el volumen de la Ley Sagrada, que puede ser la Biblia, el Antiguo Testamento, el Corán, La Perla de Gran Precio, el Mahabaratha u otro libro sagrado. La presencia de este volumen de la Ley Sagrada, la Escuadra y el Compás son imprescindibles en la Logia. No se reconoce la iniciación masónica femenina y no se acepta el contacto masónico con las Logias que admitan a mujeres entre sus miembros. Están expresamente prohibidas las discusiones sobre política y religión, así como el posicionamiento institucional sobre estos aspectos.

Masonería Irregular. La corriente que se denomina Irregular, Liberal o Adogmática tiene su principal exponente mundial en el Gran Oriente de Francia. Domina en Francia, África francófona, algún país de Europa continental y casi toda Latinoamérica. No se basa en un estándar de regularidad establecido, sino que mantiene como referente el reconocimiento compartido de unos valores, modelos rituales y organizativos que, por tradición, se consideran esencialmente masónicos. Por este motivo, presenta una mayor variedad de formas concretas de organización, cuyas principales características, que no tienen que darse simultáneamente, son: el principio de libertad absoluta de conciencia. Admiten entre sus miembros tanto a creyentes como a ateos y los juramentos pueden realizarse, según las Logias, sobre el Libro de la Ley (las Constituciones de la Orden) o sobre el volumen de la Ley Sagrada, en ambos casos junto a la Escuadra y el Compás. El reconocimiento del carácter regular de la iniciación femenina. Las Obediencias pueden ser masculinas, mixtas o femeninas. El debate de las ideas y la participación social. Las logias debaten libremente incluso sobre cuestiones relacionadas con la religión o la política, llegando, en determinadas ocasiones, a posicionarse institucionalmente sobre cuestiones relacionadas con esos aspectos.

SU RELACION CON EL MUNDO
Hasta este momento parece que nos hemos topado con una realidad casi fantástica, si no es que imaginaria. Pero una cosa parece cierta: que los masones están en nuestra realidad, forman parte de la administración pública, dirigen colegios, escriben en periódicos, combaten en conflictos armados, dirigen gran parte de nuestra televisión. Tampoco debemos ser paranoicos y respirar o ver masones por todos los sitios. Más bien debemos de ser cautos y saber aceptar la realidad, para que desde donde estemos podamos dar respuesta al reto de la vida cotidiana. Las logias masónicas están “integradas por personas y personajes influyentes en los diversos ámbitos de la vida social.”

Es cierto que ellos mismos se consideran como una sociedad discreta, pero no secreta, cuando en la realidad han mostrado solamente un cerrado hermetismo y un sigilo inviolable a base de amenazas o de intimidaciones. Es verdad que las relaciones con el mundo son pésimas, pues la Masonería no se abre al mundo, no quiere ser conocida en su esencia. Existe un desconocimiento de la Masonería y de lo masónico casi por parte de todos. Además, debemos dejar en claro su racismo absoluto. Es verdad que existen muy pocos masones en comparación con la totalidad de la población mundial. Las cifras oscilan en 6 .000 .000 de masones sobre 6 .000 .000 .000 de personas, pero el hecho de que muy pocas personas sean masones no les justifica a autoconsiderarse como privilegiados, incluso “iluminados” y a despreciar a la gran totalidad de personas con el apelativo de “profanos”. Esto es un elemento muy decisivo por el que no encajan perfectamente en la sociedad. Cabe destacar su influjo en el ámbito educativo, económico, político, industrial, de derechos humanos, ecológico, militar y de asistencia caritativa.

Simplemente menciono algunos masones cuya distinción como tales es del orden público y que ellos mismos han aceptado su pertenencia a alguna logia masónica. Algunos han sido personajes históricos, otros son influyentes actuales, pero lo cierto es que han vivido bajo el ideal del Compás y de la escuadra: George Washington, Winston Churchill, Francisco de Miranda, Voltaire, José de San Martín, Simón Bolívar, Domingo Faustino Sarmiento, Benito Juárez, Fichte, Mozart, Rudyard Kipling, Lafayette, Krause, Salvador Allende, Benjamín Franklin, Alexander Pope, Jonathan Swift, Miguel Grau Seminario, Oscar Wilde,Víctor Raúl Haya de la Torre, Rafael de Riego, Bernardo O'Higgins, Michel Houellebecq, Daniel Herrendorf, Bret Easton Ellis, Mijaíl Gorbachov, François Mitterrand, Jack Nicholson, Stephen Hawking, Joseph Smith, Charles Taze Russell, Harry Truman, Lyndon Johnson, George Bush I, Hill Clinton, David Rockefeller, Kofi Annan, Felipe González, Giuseppe Mazzini, Georg Hegel y José Luis Rodríguez Zapatero, Karl Christian Friedrich Krause, Francisco Giner de los Ríos, Johann Wolfgang Goethe, Rubén Darío.

CONDENAS CIVILES, RELIGIOSAS Y DE LA IGLESIA
Desde su fundación, la masonería ha encontrado la oposición de distintos tipos de actores sociales. Los motivos de esta oposición pueden haberse referido a la Institución masónica en cuando forma de organización, o bien poner el acento en una característica pretendidamente negativa de sus principios filosóficos y valores morales. En todo caso, la oposición más visible contra la masonería es y ha sido aquella que proviniendo desde las estructuras próximas al poder, o desde el poder mismo, ha adoptado la forma de su prohibición, anatemización, persecución y castigo. Una clasificación de las instituciones e ideologías que con mayor contundencia se han opuesto o han atacado a la masonería puede ser la siguiente:

Sociedades Antimasónicas: Los Gormogones fueron el primer grupo antimasónico creado por el duque Felipe de Wharton en 1722. su origen fue la degradación de la logia a la cual pertencía por motivos de deudas en el juego y por conducta inapropiada. En una nota de un periódico londinense se burlaba de los títulos grandilocuentes y de las ceremonias rituales masónicas.

Los Protocolos de los Sabios de Sión: que es un folleto que recoge las actas pseudo-oficiales de un Congreso Sionista de Basilea de 1897, que contiene un plan estratégico de acción para que los judíos alcancen el Gobierno mundial, suplantando a los Gobiernos nacionales y a todas las religiones. Lo conseguirán mediante la Masonería.

Poderes políticos: Monarcas absolutistas: el Zar Alejandro I, los reyes españoles Carlos III, Felipe V, Fernando VI y Fernando VII. Las dictaduras de derechas: Primo de Rivera, Hitler, Franco, Salazar, Mussolini, el régimen de Vichy. Las dictaduras de izquierdas: la Unión Soviética (Tercer Congreso de la Internacional Socialista 1921) y todos los países comunistas.

Poderes religiosos: A las pocas sociedades seculares que han estado totalmente en contra de la existencia de logias masónicas se suman las múltiples sociedades religiosas que han multiplicado sus esfuerzos por exterminarlas, teniendo como causa principal el ateísmo y el indiferentismo religioso.

Condenas en el mundo musulmán: En este aspecto de las Sociedades islámicas, cabe resaltar que muchas de ellas se han volcado contra los masones y sus instituciones con total intransigencia. Y como en el Magreb y el mundo árabe domina esta religión, no han perdido ocasión de utilizar a los regímenes políticos islámicos, o aunque el gobierno sea laico como en Egipto, Siria y Líbano, sin embargo han presionado sobremanera, de tal modo que la Masonería ha sido considerada como instrumento judaico para debilitar al Islam.

Imperio Otomano, bajo el gobierno del Sultán Mahmut I: Después de que el Papa Clemente XII excomulgó la masonería en 1738, la influyente comunidad cristiana del Imperio Otomano, junto con algún ulema (teólogo Islámico), presionaron al sultán turco para que prohibiese la masonería bajo la acusación de ateísmo. A partir de entonces, en todo el Imperio Otomano la masonería se convirtió en sinónimo de la falta de fe en Dios.

Sultán Abdulhamid II: Este sultán también fue califa del Islam y guardián de las sagradas tierras de la Meca y Medina. Sufrió un de golpe de estado en 1908 y se acusó a los golpistas de ser masones.

El Egipto de Nasser: En 1952 cuando el rey Faruk de Egipto fue destronado por Gamal Abdel Nasser, se prohibió la masonería.

Colegio de Jurisdicción Islámica (15 julio de 1978): Presentado en la Universidad Azhar de El Cairo, declaró: “Después de una completa investigación concerniendo a esta organización, basado en hechos escritos provenientes de numerosas fuentes, nosotros hemos determinado que:
(1) La masonería es una organización clandestina, que oculta o revela su sistema, dependiendo de las circunstancias. Sus principios actuales son escondidos a sus miembros, excepto a miembros escogidos de grados superiores.
(2) Los miembros de la organización, mundialmente, son tomados de hombres sin preferencia por su religión, fe o secta.
(3) La organización atrae a sus miembros bajo la base de proveer beneficios personales. Enzarza a los hombres en volverse políticamente activos, y sus fines son injustos.
(4) Los nuevos miembros participan en ceremonias de diferentes nombres y símbolos, y son asustados de desobedecer sus regulaciones y ordenes.
(5) Los miembros son libres de practicar su religión, pero solo los miembros que son ateos son promovidos a grados superiores, basados en cuanto están dispuestos a servir a sus peligrosos principios y planes.
(6) Es una organización política. Ha servido en todas las revoluciones, tanto transformaciones militares como políticas. En todos los cambios peligrosos esta organización aparece tanto expuesta como veladamente.
(7) Es una organización judía en sus raíces. Sus máximos Dirigentes secretos son judíos y promueven actividades Sionistas.
(8) Sus objetivos primarios son el distraer de las religiones y distrae a los musulmanes del Islam.
(9) Intenta reclutar hombre con influencia financiera, política, social o científica, para utilizarlos. No toma en consideración aprendices que no puedan utilizarlos. Recluta reyes, primeros ministros, altos oficiales del gobierno e individuos de similar condición.
(10) Tiene ramas bajo diferentes nombres a forma de camuflaje, para que la gente no pueda dar seguimiento a sus actividades, especialmente si el nombre de masonería tiene oposición. Estas ramas son conocidas como Lions, Rotary, y otras. Ellas tienen principios malvados que contradicen completamente las reglas del Islam. Hay una clara relación entre Masonería, Judaísmo y el Sionismo Internacional. Ha controlado las actividades de altos oficiales árabes en el problema palestino. Ha limitado sus deberes, obligaciones y actividades para el beneficio del judaísmo y el sionismo internacional. Dado que la masonería se involucra en actividades peligrosas, es un gran peligro, y con objetivos malvados, el Sínodo Jurisdiccional determina que la masonería es una organización peligrosa y destructiva. Cualquier musulmán que se afilia a ella, sabiendo la verdad de sus objetivos, es un infiel al Islam”.

Hamás (Movimiento de la Resistencia Islámica): El día 18 de agosto de 1988, Hamás publica su "Convenio", con numerosos artículos que definen y justifican sus acciones. En todo el documento se menciona tres veces a la masonería, definiéndola como enemiga del Islam y aliada del judaísmo. En el artículo 17 dicen: “Los enemigos del Islam han intentado desviar a la mujer de su rol de guía y educadora de las nuevas generaciones en la conquista del mundo para Alá. Asociaciones como Masones, Rotary Club a través de campañas de información, películas y programas educativos, usan conseguir dicho fin. Ellas son siervas de las organizaciones sionistas que bajo varios nombres y formas tienen el propósito de conseguir los objetivos pro judíos.”

En el artículo 22 declaran: “Los enemigos del Islam han estado detrás de la Revolución Francesa, La Revolución Comunista y de la mayoría de las revoluciones. Con su dinero formaron sociedades secretas, tales como la Masonería, el Rotary Club, y los Lions tienen el propósito de sabotear las sociedades y alcanzar los intereses sionistas. Con su dinero fueron capaces de controlar imperialísticamente a muchos países.” Finalmente acusan en el artículo 28: “La invasión sionista es una invasión viciosa. Usan todos los caminos viles y condenables para alcanzar su fin. Cuenta mucho con la infiltración y las operaciones de espionaje de las organizaciones secretas que ha creado, tales como la Masonería, El Rotary Club, the Lions Club.”

Jordania: El día 9 de Julio de 1999, el ministro de interior de Jordania, Nayef al-Qadi, confirmó que su ministerio no permitirá que tenga lugar ninguna actividad masónica en el territorio jordano. Esto se debió a que se había anunciado la intención de realizar un acto de investidura en la capital del país, Amman.

República Islámica de Irán: En 1978 la Gran Logia de Irán tenía 43 logias y 1.035 miembros. Este fue el último año que se supo de la orden de Irán en el mundo exterior. Con la Revolución Iraní la masonería iraní desapareció rápidamente, y se cree que un cierto número de masones fueron ejecutados. El hecho de que estos hombres hayan sido ejecutados por razones políticas o antimasónicas probablemente nunca se aclarará, y el destino de muchos de los masones iraníes permanecerá en el misterio. Una cosa es cierta: la masonería en Irán ha sido completamente destruida. A partir de julio de 1987, para poder optar por un trabajo público de la República Islámica de Irán se volvió necesario cumplir con la ley del Consejo Supremo de la Revolución Cultural, en la que figuraban los siguientes criterios:
(1) Creencia en el Islam o en una de las otras religiones celestiales.
(4) No haber pertenecido anteriormente al SAVAK [la agencia de inteligencia que existía antes de la revolución de 1979], la masonería o sus filiales.

CONDENAS DE LA IGLESIA CATOLICA
Bula In Eminenti del Papa Clemente XII (1738). Primer documento pontificio por el que se condena la Sociedad o Conventículos de los Liberi Muratori o Francs-Massons bajo pena de excomunión ipso facto incurrendae cuya absolución queda reservada al Sumo Pontífice excepto en caso de muerte. Roma, 2 de abril de 1738:

“Quocirca omnibus, et singulis Christifidelibus cuiuscumque status, gradus, conditionis, ordinis, dignitatis, et praeeminentiae, sive laicis, vel Clericis tam Saecularibus quam Regularibus, etiam specifica, et individua mentione, et expressione dignis districte, et in virtute sanctae obedientiae praecipimus, ne quis sub quovis praetextu, aut quaesito colore audeat, vel praesumat praedictas Societates, de liberi Muratori, seu Francs Massons, aut alias nuncupatas inire, vel propagare, confovere, ac in suis aedibus, seu Domibus, vel alibi receptare, atque occultare, iis adscribi, aggregari, aut interesse, vel potestatem, seu commoditatem facere, ut alicubi convocentur, iisdem aliquid ministrare, sive alias consilium, auxilium, vel favorem palam, aut in occulto, directe, vel indirecte per se, vel alios quoquo modo praestare, nec non alios hortari, inducere, provocare, aut suadere, ut huiusmodi Societatibus adscribantur, annumerentur, seu intersint, vel ipsas quomodolibet iuvent, ac foveant, sed omnino ab iisdem Societatibus, Coetibus, Conventibus, Collectionibus, Aggregationibus, seu Conventiculis prorsus abstinere se debeant, sub poena excommunicationis per omnes, ut supra contrafacientes ipso facto absque ulla declaratione incurrenda, a qua nemo per quemquam nisi per nos, seu Romanum Pontificem pro tempore existentem, praeterquam in articulo mortis constitutus, absolutionis beneficium valeat obtinere.”

Providas Papa Benedicto XIV (18 mayo 1751)
El Papa Pío VII promulgo el 13 de Septiembre de 1821 una constitución denominada Ecclesiam a Iesu Christo. Este documento entre otras cosas dice que los Francmasones han de ser excomulgados, por sus conspiraciones contra la iglesia y el estado.
Quo Graviora Papa León XII (13 marzo 1825)
Encíclica Traditi Humilitati Papa Pío VIII (24 mayo, 1829)
Encíclica Mirari Vos Papa Gregorio XVI (15 agosto 1832)
Encíclica Qui Pluribus Papa Pío IX (9 Nov 1846)
Encíclica Humanum Genus Papa León XIII (20 abril 1884)
Encíclica Dall'alto dell'Apostolico Seggio Papa León XIII (15 octubre 1890)
Encíclica Inimica Vos, encíclica Papa León XIII (8 diciembre, 1892)
Encíclica Custodi Di Quella Fede Papa León XIII (8 diciembre, 1892)
Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración sobre la Masonería (26 de noviembre de 1983):

“Por tanto, no ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas sigue prohibida por la Iglesia. Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión.” Roma, en la sede de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal
Joseph Ratzinger Prefecto.

Como colofón diremos que los cánones 684, 2335 y 2336 del Código de Derecho Canónico promulgado en 1917 declaraban explícita la excomunión contra los masones. En el nuevo Código de 1983 en su canon 1374 está vigente el repudio contra los masones. Tambien es de destacar que aunque se tiene mucha relación entre la Masonería y algunas sectas, existen muchas otras que se oponen a ella no en virtud de su esencia, sino en virtud de sus intenciones. Son sobre todo grupos protestantes que tienden a querer dominar parte importante del mundo. Un ejemplo es la Iglesia de la Unificación de Moon.

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¿QUIEN FUE BENEDICTO XV?

El presente trabajo es una exposición sobre los rasgos característicos de la persona del Papa Benedicto XV. Este trabajo consta de 4 partes: el contexto próximo a la vida del Pontífice, su biografía, su actuación como Sumo Pontífice y sus escritos.

CONTEXTO
En la segunda mitad del siglo XIX se derrumba el imperio de Napoleón en Waterloo cuando es derrotado por Rusia, se produce el auge del nacionalismo en los estados. En 1871 Bismarck proclama el Reich alemán. Las potencias europeas Inglaterra, Francia, Rusia, ayudan a Grecia a librarse del yugo de los turcos. Inglaterra aprovecha que los dominios de los gobiernos islámicos están en una recesión para apoderarse de Egipto y Sudán, asumiendo también el poder en la India. En China estalla la rebelión de los bóxers. Japón, en un momento de gran apogeo de las potencias, se ve obligado a salir de su aislamiento y a firmar tratados con Inglaterra, Francia, Rusia y Estados Unidos. En éste país americano triunfa la Unión en la guerra de Secesión de 1861. En Latinoamérica se independizan todas las colonias españolas del Imperio. En Africa, las colonias europeas y Holanda establecen colonias en las que se explotan las riquezas minerales y forestales del continente.

En el orden social nos encontramos con la llegada de la Revolución Industrial a Inglaterra, a Cuba, a Estados Unidos, a Francia y a Alemania. Darwin publica su libro “El origen de las especies.” Mendel difunde sus descubrimientos sobre las leyes de la herencia. Incontables progresos en medicina, física y astronomía. Schopenhauer riega la Europa intelectual con su pesimismo. Marx analiza la historia como un producto de la lucha de clases y junto con Engels sientan las bases de la revolución comunista. Gran siglo de la novela en París.

Respecto al contexto eclesial, la mayoría de los papas, en vísperas de ser desprovistos de su poder temporal, se centran en el magisterio espiritual que corresponde a su función pastoral. Sin embargo, movimientos intelectuales como el Siglo de las Luces, acontecimientos sociales como la Revolución Francesa y los enfrentamientos entre los Estados europeos someten al papado a sumisiones y vejaciones que le fuerzan a pronunciar en casos como la supresión de la Compañía de Jesús, la prohibición de todo tipo de sincretismo en tierras de misión de oriente y América, las últimas batallas por el poder temporal y por mantener sus privilegios y derechos. Además, debido a estas adversidades, va a actuar con falta de conciencia respecto a los movimientos heréticos, la Masonería, las sociedades secretas.

GIACOMO GIAMBATTISTA DELLA CHIESA
Nació en la comunidad de Pegli, Génova, reino de Cerdeña el 21 de noviembre de 1854 en el seno de una familia que pertenecía desde el s. XVI al patriciado de la ciudad de Génova. Fue el tercero de los cuatro hijos del marqués Giuseppe della Chiesa y de su esposa Giovanna, de la casa marquesal napolitana de Migliorati. Comenzó sus primeros estudios en la casa paterna; los siguió en una escuela privada, y después los cursos secundarios en el seminario diocesano de su ciudad natal. Terminado el bachillerato en el verano de 1871, hubiera deseado seguir el camino del sacerdocio; pero, por deseo de su padre, en otoño del mismo año se matriculó en la Facultad de Derecho de la Real Universidad de Génova. Ingresó en el seminario de Diocesano Génova siendo todavía estudiante de derecho civil. En ella se licenció el 5 de agosto 1875 con una disertación sobre La interpretación de las leyes.

En noviembre de este año ingresó en el Collegio Capranica de Roma. El 21 de diciembre de 1878 fue ordenado sacerdote en la Basílica de San Juan de Letrán. Celebró su primera misa en S. Pedro el 21 dic. 1878. El año de 1879 será de gran preparación académica para Giacomo. Al mismo tiempo que iniciaba sus estudios de diplomacia en la Pontificia Academia de Nobles Eclesiásticos, se doctoraba en Teología y en 1880 en Derecho canónico por la Universidad Gregoriana. Entró a formar parte de la Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios de la Santa Sede en 1882 en el Vaticano, donde su trabajo impresionó al Secretario de dicho Dicasterio Mons. Mariano Rampolla del Tindaro. En 1883 termina sus estudios diplomáticos y deja el Vaticano para trabajar como colaborador de Mons. Rampolla, nuncio apostólico en España. Vivió en Madrid entre 1883 y 1887. Lo más destacable en su paso por España su el hecho de haber desempeñado un papel crucial en el arbitraje de la disputa entre España y Prusia por la posesión de las Islas Carolinas. También En Madrid aprendió fácilmente a expresarse en español y, mientras perfeccionaba su formación al lado del nuncio, dedicó todas sus horas libres al ministerio sacerdotal y a la práctica de la caridad. Con ocasión de la epidemia de cólera (1885), se prodigó por los enfermos con generosidad sin límites.

El 14 de marzo de 1887 Mons. Rampolla es elevado al cardenalato, por lo que tiene que regresar a Roma. Giacomo regresa también y ese mismo año pasó a ser colaborador de Mons. Merry del Val en la Secretaría de Estado del Vaticano. Minutante de la Secretaría de Estado. Vivía con su familia y ejercitaba con celo su ministerio sacerdotal. Entre tanto, la colaboración asidua con el cardenal Rampolla se desarrollaba y se profundizaba. En 1899 fue nombrado profesor de diplomacia y vice-rector la Pontificia Academia de Nobles Eclesiásticos. Fue designado Secretario de Comunicaciones Cifradas en 1901. . Ese mismo año es promovido al cargo de Sustituto de la Secretaría de Estado. Pío X le nombró Arzobispo de Bolonia en octubre 1907, consagrándolo personalmente en la Capilla Sixtina el 22 de diciembre del mismo año. Le nombra Cardenal Presbítero del título de Ss. Quattro Coronati en el consistorio del 25 mayo 1914, último del pontificado de S. Pío X.

A sólo tres meses de su nombramiento como cardenal, participó en el cónclave que siguió a la muerte de san Pío X. Entraba en cónclave el 31 de agosto. Fue el primero sin intervención directa o indirecta de las potencias seculares, después de la reforma de su predecesor. Se cumplió fielmente sus normas respecto a la elección pontificia. El tercer día de reunión y a la décima votación fue elegido papa: era el 3 de septiembre de 1914. El cardenal protodiácono, anunciaba desde lo alto de la galería exterior de la basílica de San Pedro, la elección de Giacomo Della Chiesa que, en memoria del otro arzobispo de Bolonia elevado a la cátedra de San Pedro, el cardenal Próspero Lambertini, había tomado el nombre de Benedicto Fue coronado tres días después en la Capilla Sixtina por el cardenal Francesco Salesio della Volpe, protodiácono de Santa Maria in Aquiro.

El gran Papa muere el 22 de enero de 1922 víctima de una epidemia de gripe, exclamando: “Ofrecemos nuestra vida por la paz del mundo”. Fue sepultado en las Grutas Vaticanas.

PONTIFICADO
Respecto a la línea de San León XIII prosiguió la labor religiosa, social y política. Respecto a la línea de San Pío X llevó a término la obra de la renovación del derecho canónico, promulgando el nuevo Código en 1917. El inicio de su pontificado coincidió con el estallido de la I Guerra Mundial, contra la que no pudo hacer más que labores humanitarias. En su encíclica “Ad beatissimi Apostolorum” de 1914 analizó lúcidamente las causas del conflicto y proclamó una neutralidad estricta que disgustó a ambas partes beligerantes. Después de publicar su 1ª encíclica nombró Secretario de Estado al Cardenal del título de San Bernardo alle Terme, que en 1915 lo cambiaría por el títilo cardenalicio de di San Lorenzo in Lucina, Pietro Gasparri.

Dedicó buena parte de su actividad a paliar los sufrimientos derivados de la guerra, creando una agencia de Información sobre los prisioneros de guerra en el Vaticano y sugiriendo junto con Alfonso XII algunas medidas para hacer menos cruel la guerra. Viendo que Estados Unidos entraba en la guerra a favor de Inglaterra y Francia, el Papa publicó una “Nota pontificia sobre la paz” en la que afirmaba que la paz no tiene que ser hija de la violencia, sino de la razón. Inmediatamente después nombró Nuncio en Munich a Eugenio Pacelli en misión de pacificación entre los emperadores de Alemania Bethmann Holweg y de Austria Canciller de Michaelis. Invitaba a ambos a aceptar el derecho y la justicia como sustitución de la fuerza armada, acordando un recíproco desarme gradual y crear un organismo de arbitraje capaz de solucionar los problemas de tipo internacional. Fundada su invitación sobre seis principios fundamentales: 1) desarme y arbitrio obligatorio para resolver las disputas entre las naciones; sanciones para quien no lo aceptase; 2) libertad garantizada de los mares; 3) condonación recíproca de los daños y de los gastos de guerra; 4) restitución de los territorios ocupados; 5) regulación de las cuestiones territoriales en armonía con las aspiraciones de los pueblos; 6) examen particular de las cuestiones territoriales de Polonia, de los Balcanes y de Armenia. La valiente iniciativa no tuvo éxito. Algunos Gobiernos la acogieron bien; otros con no disimulada hostilidad. Incluso se reprochó al Papa por parcialidad, o por haber desanimado a los combatientes definiendo a la guerra como «inútil destrucción».

Casi al final de la guerra, en 1917, promulgó la exhortación apostólica Dès le début que era todo un programa doctrinal de cara a un posible armisticio. A pesar de la oposición del estado italiano, envió a un observador a la Conferencia de Versalles, apoyando las decisiones del Tratado. Restableció las relaciones entre la Santa Sede y los gobiernos de Francia (1921) e Inglaterra, consiguiendo que se enviara un representante británico al Vaticano, algo que no ocurría desde el siglo XVII. También reestableció las relaciones diplomáticas con Portugal y las inició con los nuevos estados surgidos del desmembramiento del Imperio Austrohúngaro. Promulgó un nuevo Código de Derecho Canónico (Codex Iuris Canonici) en 1917, el cual ya había sido elaborado en su mayor parte por su antecesor san Pío X.[1] También en 1917 instituyó la Congregación para las Iglesias Orientales. En 1919 levantó la prohibición de que los italianos participaran en la vida política del reino, al tiempo que animaba a don Luigi Sturzo para que fundara el "Partito Popolare Italiano", embrión de la futura Democracia Cristiana. Con su carta apostólica Maximum illud de 1919 dio un fuerte impulso a la actividad misionera. Con la encíclica Pacem, Dei munus pulcherrimum (1920) sugirió las bases para que un conflicto de tal magnitud no volviera a producirse. Canonizó a Juana de Arco.

A la acción diplomática, Benedicto XV asoció, intensísima, la de la caridad, dirigida a aliviar los sufrimientos materiales y morales derivados de la guerra. Decenas de millares de prisioneros inválidos fueron intercambiados por los beligerantes; otros prisioneros, gravemente enfermos, fueron asilados en Suiza, tierra neutral; una oficina de información, constituida en el Vaticano, trabajó intensamente para buscar desaparecidos, internados, prisioneros, y por restablecer los ligámenes rotos con las familias de origen. De toda esta acción fue animador el ímpetu apostólico de caridad del Papa.

ESCRITOS
Debido a su gran capacidad intelectual, a su autoridad eminente y a su deseo de establecer un pontificado donde imperara la paz, Benedicto XV tuvo una prolífera actividad literaria. Elaboró encíclicas, breves, exhortaciones apostólicas, cartas apostólicas, bulas, motu propios. En ellas marca profundamente su estilo y su carácter de verdadero Padre.

Encíclicas
Ad beatissimi Apostolorum, (1 de noviembre de 1914) en favor de la paz y para la normalización de la situación de la Santa Sede. Señalaba los principales causas de la guerra: la falta de comprensión entre los hombres, el menosprecio de la autoridad, la injusticia entre las clases y el exagerado apetito por las cosas perecederas.

· Humani generis redemptionem, (15 de junio de 1917 ) sobre la predicación de la palabra de Dios.
· Quod iam diu, (1 de diciembre de 1918) sobre la futura conferencia de paz a celebrar en Versailles.
· In hac tanta, (14 de mayo de 1919) sobre la situación de la Iglesia Católica en Alemania.
· Paterno iam diu, (24 de noviembre de 1919) sobre la situación de la infancia en la Europa de posguerra.
· Pacem, Dei munus pulcherrimum, (23 de mayo de 1920) sobre la restitución cristiana de la paz. Alaba el patriotismo y recuerda que el mismo Cristo amó su patria terrenal, reclamando al mismo tiempo sus derechos como soberano de un Estado Simbólico, nunca reconocido por el Estado Italiano y que por ello mantenía a la Santa Sede fuera de los trabajos de la Sociedad de las Naciones.
· Spiritus Paraclitus, (15 de septiembre de 1920) sobre la interpretación de las Sagradas Escrituras.
· Principi Apostolorum Petro, (5 de octubre de 1920) sobre san Efrén de Siria.
· Annus iam plenus, (1 de diciembre de 1920)sobre la situación de los niños en Europa Central.
· Sacra propediem, (6 de enero de 1921)sobre la Orden Terciaria Franciscana.
· In praeclara summorum, (30 de abril de 1921) en la conmemoración del VI centenario de la muerte de Dante Alighieri.
· Fausto appetente die, (29 de junio de 1921)en la conmemoración del VII centenario de la muerte de santo Domingo de Guzmán.

Breves
Divinum praeceptum, (23 de diciembre de 1915) sobre los títulos académicos del Seminario Arzobispal de Buenos Aires (Argentina).
· Romanorum pontificum, (25 de febrero de 1916) sobre indulgencias a los fieles.
· Cum Catholicae Ecclesiae, (15 de abril de 1916) sobre la unidad con las Iglesias Orientales.
· Cum Biblia Sacra, (15 de agosto de 1916) conjunto de normas para la exégesis en los tres institutos bíblicos de Roma.
· Cum centesimus, (22 de octubre de 1916) en la conmemoración del I centenario de la Milicia Pontificia.
· Centesimo hodie, (22 de octubre de 1916) condecoraciones a la bandera de la Milicia Pontificia.
· Quod Ioannes, (10 de abril de 1917) beatificación de Anna di San Bartolomeo.

Exhortaciones apostólicas
· Ubi primum, (8 de septiembre de 1914) donde urgía a todos los católicos del mundo que restableciesen la paz.
· Allorché fummo chiamati, (29 de julio de 1915) a los pueblos beligerantes y a sus dirigentes, en el aniversario del estallido de la I Guerra Mundial.
· Dès le début, (1 de agosto de 1917) exhortación a los jefes de los estados en guerra para que hallen una vía para la paz.

Cartas apostólicas
· Maximum illud, (30 de noviembre de 1919) sobre la propagación de la fe católica en todo el mundo.

Bulas
· Incruentum altaris, (10 de agosto de 1915) sobre las celebraciones litúrgicas del Día de Difuntos.
· Providentissima mater, (27 de mayo de 1917) por la que se promulga el Código de Derecho Canónico.

Motu proprio
· Consilum a decessore, (23 de noviembre de 1914) otorgando el título de "Pontificia" a la comisión para la revisión de la Biblia Vulgata.
· Non multo post, (31 de diciembre de 1914) conjunto de reglas de funcionamiento de la Accademia Romana di San Tommaso d'Aquino.
· Quandoquidem in iis, (16 de septiembre de 1915) recordando que cualquier nueva concesión de indulgencias debe estar sujeta a la Congregación del Santo Oficio.
· Seminaria clericorum, (4 de noviembre de 1915)en la institución de la Congregación de Seminarios.
· Alloquentes proxime, (25 de marzo de 1917)fusión de las congregaciones del Indice y del Santo Oficio.
· Nobilissimam Sacrarum, (8 de abril de 1917) por el que se asigna la academia Capranica a la Basílica de Santa María la Mayor.
· Dei providentis, (1 de mayo de 1917) en la institución de la Congregación de las Iglesias Orientales.
· Cum iuris canonici, (15 de septiembre de 1915)creación de una comisión de cardenales para resolver las dudas acerca del Código de Derecho Canónico que se está confeccionando.
· Orientis catholici, (15 de octubre de 1917) creación de un instituto cultural pare los estudios orientales.
· Quartus iam annus, (9 de mayo de 1918) por el que se establece que el día 29 de junio, festividad de los santos Pedro y Pablo, se ore especialmente por la paz.

NOTAS
(1) Las ligeras compilaciones efectuadas por Pío IX y León XIII habían resultado insuficientes. Hubo de esperarse hasta que Pío X creó en 1904 una Comisión para la redacción del Código de derecho canónico. Tras 12 años de trabajos, sería Benedicto XV quien promulgaría el Código el 27 de mayo de 1917 y que entraría en vigor un año después. El Código de Derecho Canónico de 1917 es conocido, por sus dos principales impulsores, como Código pío-benedictino. El nuevo código paso a formar un cuerpo único y auténtico para toda la Iglesia católica de rito latino, creándose una comisión de interpretación el mismo en el año de su promulgación que, desde entonces, es la única legitimada para salvar las dudas que puedan surgir y cuyos dictámenes tienen el mismo valor de una interpretación auténtica sobre cualquiera de los cánones del código. A la vez, se continuó con el trabajo de codificación, con el objetivo de completar el ordenamiento jurídico con un código de derecho canónico para las Iglesias sui iuris o autónomas, de rito oriental. Estas Iglesias se encuentran en comunión con el Romano Pontífice, y tienen una tradición disciplinar y jurídica propia desde tiempos inmemoriales. Nunca se llegó a terminar el Código de derecho canónico de rito oriental, aunque sí se promulgaron algunas partes.

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